El contexto histórico de la novela comienza en el año 1815, y finaliza en 1833.
Recordando los exultantes días de 1789 o
del Terror de 1793, el autor nos sitúa en la batalla de Waterloo, es allí donde
se decidirá el destino de Napoleón al final de sus Cien Días. Al ser derrotado
se vuelve al Absolutismo, acortando el camino emprendido por la Revolución en
1789. El relato se enmarca en un escenario de dimensiones épicas.
En el musical, el levantamiento de París de 1832 se enmarca
dentro de la historia de esa capital de Francia donde encontramos ya desde
finales del siglo anterior el epicentro de los cambios revolucionarios
políticos más importantes durante el Siglo XIX.
En 1830 había triunfado la Revolución en el mes de julio, lo
que provocó la huida de Carlos X a Inglaterra y le puso fin al reinado de los
Borbones. Luis Felipe accedió al trono
tras restaurarse la soberanía nacional, logrando el triunfo de la Revolución la
burguesía y la clase media. En 1832, los elementos republicanos, tratan de
buscar el fin de la Monarquía de Julio, y regresar a la tradición
revolucionaria republicana.
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